Sobre nosotros
Barranquilla Puerto de oro de Colombia, ciudad acogedora que abrió sus puertas para recibir a 8 mujeres intrépidas que deseaban extender por tierras costeñas el perfume de Cristo a través del “Amor y Sacrificio”, lema legado por Madre Fundadora María Josefa del Corazón del Jesús.
Con el beneplácito de Mons. Germán Villa Gaviria, Arzobispo de Barranquilla, el 21 de noviembre de 1963 llegan de diferentes lugares de Colombia y España nuestras hermanas: Sor Guillermina Uribarri, María Loreto Saez, María Cecilia Maza, María Aranzazu Goirieta, María Visitación Gómez, Ana María Galvis, Jesús María Giraldo y Anunciación de la Red; hermanas consagradas a Dios en la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad, las cuales son enfermeras, asistentes sociales y veladoras, es por ello que con el apoyo incondicional de las Sras. De la Cruzada Social se instalan en la Carrera 54 # 68-80 para dar inicio a la obra de Dios a través del servicio a los más necesitados en el cuidado específico a los enfermos a nivel asistencial y ante todo espiritual, servicio que las religiosas prestan en horas de la noche, por lo cual somos conocidas como “las hermanas veladoras”.
Para dar inicio a esta fundación el Rvdo. Padre Stanley M. Matutis celebra la primera Eucaristía en donde da la bendición al apostolado, como era de esperarse las personas poco a poco fueron solicitando nuestro servicio para cuidar a sus familiares y a través de ello pudieron percibir el sello propio de las Siervas de Jesús como es el espíritu de entrega, sacrificio, abnegación, desvelos, entre otros.
Luego de 8 años de haber llegado a esta ciudad se ve uno de los sueños realizados, tener nuestra propia comunidad, que con la generosidad de muchos barranquilleros el 25 de julio de 1971 fue inaugurada. También más Hermanas para reforzar nuestro apostolado, ellas en medio del diario vivir siempre en su rostro reflejan una delicada sonrisa que les permite traslucir su ardua pero delicada misión a la que Dios las llamó para que le colaboraran en la construcción de su Cuerpo místico.
Dentro de las actividades pastorales podemos destacar la de los enfermos en el Hospital Metropolitano y en 1985 prodigan un nuevo servicio en favor de la gente menos favorecida, como es la apertura del dispensario, en el cual se atendían consultas y servicio de enfermería. Durante este año las hermanas se vinculan a trabajar en el Hospital Metropolitano, como verdaderas hijas de Madre Corazón, aprovechan este amplio campo para desplegar su celo por la salvación de las almas, por medio de catequesis, rezo del santo rosario y acompañamiento espiritual al personal.
Surge entre las madres del Consejo General y la comunidad una gran inquietud, dar un giro a nuestro apostolado en la ciudad, pues se ha observado las necesidades que hay en la sociedad como es el cuidado del adulto mayor, es por ello que deciden construir una residencia para la tercera edad. Dicha propuesta fue acogida con el objetivo de custodiar, cuidar y proteger la vida de los adultos mayores confiados a las Siervas de Jesús de la Caridad.
La religiosas a lo largo de estos años de entrega, servicio, abnegación, han desplegado todo su ser, lleno de amor y fe para darse sin reservas al servicio del prójimo mostrando la misericordia de Dios y transmitiendo el legado de Santa María Josefa del Corazón de Jesús: “Hermanas, qué grande es la misión de las Siervas de Jesús, sólo en el cielo lo comprenderemos, pues deben considerarse enfermeras de Cristo” (Sta. María Josefa).